En Betel somos una familia que existimos para glorificar a Cristo, siendo y haciendo discípulos que sean luz extendiendo el evangelio desde nuestra comunidad hasta el mundo entero.
1 Timoteo 1:12-15
Génesis 39:7-12
1 Juan 1:5-10
Salmos 51:1-19
Salmos 66:16-20
Isaías 6:1-8
Salmos 119:9-16
La participación fiel del creyente en la iglesia es una muestra de su salud espiritual, pero la ausencia a ella y la falta de interés al regresar manifiesta que hay un problema espiritual en el creyente que debe ser resuelto.
¿Dónde se encuentra hoy su corazón? ¿Vive pecando como si Dios no existiera en su vida? Es el momento de parar, arrepentirse, pedir perdón a Dios, y dejar esa vida de necedad… antes que sea tarde.
Si hay alguien quien conozca bien la oscuridad del pecado, la bajeza de nuestra depravación, la depresión que ejerce el sentimiento de culpa, la humillación de la corrección, la necesidad del perdón, la gracia del Señor, la inmensidad de Su misericordia, y la fidelidad de Dios a través de la restauración, ese podría ser David.
Iglesia Bautista Betel 