Una Iglesia en Acción

16- ¿Qué le podría pasar a una iglesia pasiva?



Hechos 8:1-25

“Y Saulo consentía en su muerte. En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles. Y hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban, e hicieron gran llanto sobre él. Y Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en la cárcel. Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio. Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían estos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados; así que había gran gozo en aquella ciudad. Pero había un hombre llamado Simón, que antes ejercía la magia en aquella ciudad, y había engañado a la gente de Samaria, haciéndose pasar por algún grande. 10 A este oían atentamente todos, desde el más pequeño hasta el más grande, diciendo: Este es el gran poder de Dios. 11 Y le estaban atentos, porque con sus artes mágicas les había engañado mucho tiempo. 12 Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres. 13 También creyó Simón mismo, y habiéndose bautizado, estaba siempre con Felipe; y viendo las señales y grandes milagros que se hacían, estaba atónito. 14 Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan; 15 los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo; 16 porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús. 17 Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo. 18 Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, 19 diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo. 20 Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. 21 No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. 22 Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón; 23 porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás. 24 Respondiendo entonces Simón, dijo: Rogad vosotros por mí al Señor, para que nada de esto que habéis dicho venga sobre mí.25 Y ellos, habiendo testificado y hablado la palabra de Dios, se volvieron a Jerusalén, y en muchas poblaciones de los samaritanos anunciaron el evangelio.”

Introducción:

  • El libro de los Hechos de los Apóstoles podría ser dividido en tres etapas relacionadas con el área de influencia de la predicación del evangelio: 1.- Del capítulo 1-7 es el trabajo en Jerusalén; 2.- Del capítulo 8-12 es el trabajo en Judea y Samaria; y 3.- De capítulo 13-28 es el trabajo hasta lo último de la tierra. (Hechos 1:8)
  • En la transición de estas tres etapas vemos a un personaje que cambia su posición y acción en relación a la iglesia y lo que ella llegaría hacer, convirtiéndose en un factor evidentemente relevante. En la primera transición vemos a un Saulo de Tarso persiguiendo a la iglesia, en la segunda transición vemos a un Saulo de Tarso comenzando la obra misionera a los gentiles. (Hechos 8:1-3; 13:1-3). En ambas transiciones el resultado fue similar: Continuar con la obra de la Gran Comisión de “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15)

Proposición:

Cuando Dios se dispone a hacer algo, siempre va a encontrar maneras de hacer Su voluntad, a pesar de los contratiempos que ponga el hombre.

  1. El evento que cambia el rumbo de la iglesia.
  1. La iglesia solo impactaba Jerusalén.
  • Saulo se convierte en perseguidor.

“Asolar” era una expresión empleada en los escritos no bíblicos para referirse a la devastación de una ciudad o a ser despedazado por un animal salvaje.[1]

Con una energía ilimitada está acosando a la iglesia, arrastrando a sus indefensas víctimas de sus hogares, y encerrándolos en la cárcel. ¡Si tan sólo pudiera olvidarse de Esteban —aquella serenidad, aquella convicción inquebrantable, aquel rostro de ángel!—. Había de eliminarlo de su memoria, e intenta hacerlo escalando sus ataques sobre los hermanos de Esteban en la fe.[2]

2. El resultado que produjo el cambio en la iglesia.

  1. Los apóstoles se quedan en Jerusalén.
  • Muchos de los creyentes huyen por miedo.
  • Los creyentes en medio de la huida predican el evangelio.
  • Felipe inicia oficialmente el ministerio en Samaria.
  • Aún Simón el engañador es alcanzado por el evangelio.
  • Simón el engañador necesitaba ser discipulado.
  • La obra del Espíritu Santo y la iglesia naciente.

La obra creciente en toda Sa


[1] MacArthur, J. (1997). Biblia de Estudio MacArthur (Hch 8:3). Thomas Nelson.

[2] MacDonald, W. (2004). Comentario Bíblico de William MacDonald: Antiguo Testamento y Nuevo Testamento (p. 722). Editorial CLIE.

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