Edificando Nuestro Carácter

¿Por qué necesitamos de la valentía?



1 Corintios 9:24-27
24 ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. 25 Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. 26 Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, 27 sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.”

Introducción:

  • ¿Alguna vez ha tratado de alcanzar alguna meta personal? ¿Qué ha tenido que hacer para alcanzarla?
  • ¿Han sido fáciles las tareas y los esfuerzos que tuvo que realizar para alcanzar esa gran meta?
  • ¿Ha tratado de alcanzar la madurez espiritual y el reflejar el carácter de Cristo? ¿Se ha esforzado en algo para estar más comprometido (hasta la muerte) con el Señor?
  • ¿Considera que no ha hecho mucho esfuerzo en realidad en su vida cristiana hoy día?
  • ¿Comparado con los últimos años, cree usted que su esfuerzo en el presente es mayor o menor en seguir a Cristo?

Proposición:

El seguir a Cristo como Su discípulo tiene la dificultad de la lucha entre el “yo carnal” y el “yo espiritual”, y solo aquel que desea seguir realmente al Señor entiende el valor de la autodisciplina.

  1. La vida cristiana es una carrera espiritual. 1 Co. 9:24
  1. El éxito de esa carrera no es solo correr.
  • El éxito de esa carrera es el de ganar.
  • La vida cristiana es una lucha espiritual. 1 Co. 9:25
  1. Donde la disciplina es un requisito.

La palabra “abstiene” viene del griego enkrateuomai (ἐγκρατεύομαι, G1467), (en, en; kratos, fuerza, poder, lit.: tener poder sobre uno mismo).[1] Es la palabra relacionada con “dominio propio”, “dueño de sí mismo” y “templanza”. (2 Ti. 1:7; Tit. 1:8; Gá. 5:23)

En la vida cristiana, igual que en una competencia deportiva, la victoria pertenece al que es disciplinado. Los atletas de fama mundial invierten una increíble cantidad de tiempo en el entrenamiento. Pueden entrenarse muchas horas al día por varios años en la vida de cada uno de ellos, obligándose a sí mismos a ignorar el dolor para perfeccionarse en su deporte. [2]

La autodisciplina (según J. MacArthur) puede definirse como «la habilidad de regular la conducta de uno a través de principios y juicios saludables en vez de hacerlo por impulsos, deseos o costumbre social».

Ahora, la palabra disciplina bíblicamente se puede resumir en una sola palabra: Obediencia.

  • Donde la disciplina nos da recompensa.

Los atletas trabajan arduamente «para recibir el equivalente moderno de una “corona corruptible”. Los creyentes nos ejercitamos en la disciplina de nosotros mismos para recibir una “corona de justicia” incorruptible (2 Ti. 4:8)». [3]

  • La vida cristiana es un ejercicio espiritual de disciplina. 1 Co. 9:26-27
  1. Que demanda de enfoque.
  • Que demanda de determinación.
  • Que demanda de obediencia.

La frase “lo pongo en servidumbre” en realidad se podría decir en una sola palabra: esclavizar. La palabra doulagogéo (δουλαγωγέω G1396);  es un compuesto de dos palabras que puede traducirse como: ser capataz de esclavos, esclavizar (fig. subyugar):—poner en servidumbre.[4]

  • Que demanda ser ejemplo de vida.
  • La vida cristiana y algunas actividades de autodisciplina.
  1. Tiempo con Dios.
  • Asistencia regular a la iglesia.
  • Alejamiento de actividades pecaminosas.
  • Reducción de actividades improductivas.
  • Deseo constante de seguir creciendo.
  1. En el carácter cristiano.
  1. En el conocimiento profundo de la Biblia.
  • Deseo constante de servir al Señor.

[1] Vine, W. E. (1999). En Vine diccionario expositivo de palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento exhaustivo (electronic ed.). Editorial Caribe.

[2] MacArthur, John. (2005). Los pilares del carácter cristiano (p. 153). Editorial Portavoz

[3] MacArthur, John. (2005). Los pilares del carácter cristiano (p. 153). Editorial Portavoz

[4] Strong, J. (2002). En Nueva concordancia Strong exhaustiva: Diccionario (p. 23). Caribe.

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