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El Nombre YHWH Tsidkenu




Jeremías 23:1-8

“¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mi rebaño! dice Jehová. Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de Israel a los pastores que apacientan mi pueblo: Vosotros dispersasteis mis ovejas, y las espantasteis, y no las habéis cuidado. He aquí que yo castigo la maldad de vuestras obras, dice Jehová. Y yo mismo recogeré el remanente de mis ovejas de todas las tierras adonde las eché, y las haré volver a sus moradas; y crecerán y se multiplicarán. Y pondré sobre ellas pastores que las apacienten; y no temerán más, ni se amedrentarán, ni serán menoscabadas, dice Jehová. He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra. En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra. Por tanto, he aquí que vienen días, dice Jehová, en que no dirán más: Vive Jehová que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra de Egipto, sino: Vive Jehová que hizo subir y trajo la descendencia de la casa de Israel de tierra del norte, y de todas las tierras adonde yo los había echado; y habitarán en su tierra.”

El Nombre Yahveh-Tsidkenu significa “Jehová justicia nuestra”. Y lo que representa es que Él es nuestro Ajusticiador, aquel que trae justicia en favor nuestro, quien nos restaura o restituye.

Los gobernantes (pastores) son condenados por no cuidar el pueblo de Dios. Pero Dios restaurará un remanente de Su pueblo y les dará pastores fieles. Él levantará al Mesías para que sea su Rey. Es necesario, aunque no popular, que los cristianos tengamos cierta precaución en este pasaje. Kelly nos lo expone así:

«Está claro que esta profecía apunta al Mesías, el Señor Jesús. Pero el Mesías es el Señor Jesús no tanto en relación a nosotros como con Israel. Es importante tenerlo bien claro. No perdemos nada por ello. Muchas personas tienen la idea de que si estas profecías no se aplican a los cristianos y a la Iglesia, nos perdemos algo. La mejor política siempre es la honestidad. No puedes quitarle nada a tu prójimo sin perder mucho más de lo que él ha perdido. Sin duda, él tendrá cierta pérdida, pero la tuya será terrible. De la misma manera que esto es cierto con las cosas naturales, así y mucho más lo es con las espirituales. No podemos defraudar a Israel ni en una fracción de su porción sin quedarnos inmensamente empobrecidos».26

«JEHOVÁ JUSTICIA NUESTRA», o Jehová-Tsidkenu (v. 6), es uno de los siete nombres compuestos de Jehová.27 M’Cheyne escribió un excelente himno basado en el aumento de su aprecio del Señor bajo este título:

JEHOVÁ TSIDKENU

Jehová Justicia Nuestra

«Antes fui un extraño a Dios y a la gracia,

Sin ver mi peligro ni sentir mi carga;

Aunque otros me hablaban radiantes de Cristo en la cruz,

Jehová Tsidkenu no era nada para mí.

A menudo leía para aliviarme o acompañar,

Lo complejo de Isaías y sencillo de Juan;

Pero ni aun viendo la sangre salpicando la cruz

Jehová Tsidkenu significaba nada para mí.

Igual que caían las lágrimas de las hijas de Sion,

Cuando pasaron las olas por Su alma lloré yo;

Pero nuncá pensé que mi pecado clavó en la cruz,

A Jehová Tsidkenu; eso no era para mí.

Cuando Su gracia con luz del cielo me despertó,

Con temor y angustia el temblor de mí se apoderó;

Seguridad y refugio en mí no podía ver,

Jehová Tsidkenu mi Salvador ha de ser.

Mi terror ante el dulce nombre quedó desvanecido;

Y el temor de la culpa bien lejos se ha ido,

Con confianza me acerco a beber de Su agua,

Jehová Tsidkenu es todo para mí.

¡Jehová Tsidkenu! mi gloria y tesoro,

¡Jehová Tsidkenu! nunca estaré perdido;

En Ti venceré en todo momento,

¡Eres mi ancla, coraza y escudo!

Aun pasando el valle, la sombra de muerte,

Este lema sostendrá mi aliento vacilante;

Mientras mi Dios de la vida febril me librará,

Jehová Tsidkenu mi canción fúnebre será».

Robert Murray M’Cheyne

Dios será conocido como el que trajo al pueblo de vuelta a la tierra.

Pero en este pasaje vemos otra verdad que podría aplicarse muy bien a Jesucristo, y es que en el versículo 5, el Mesías es llamado el Renuevo (o Hijo) de David. En Zacarías 3:8 Él es: «Mi siervo el RENUEVO». En Zacarías 6:12 se nos presenta como «El Varón… el Renuevo». Y en Isaías 4:2 Él es: «El Renuevo de Jehová». Esto corresponde a las cuatro formas en las que Cristo es presentado en los Evangelios: como Rey, Siervo, Hijo del Hombre, e Hijo de Dios.

COmp. Dt. 32:35; Ro. 12:19; He. 10:30

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