Edificando Nuestro Carácter

¿Por qué necesitamos de la valentía?



Josué 1:1-9

“Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo: Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie. Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Éufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio. Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé. Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos. Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.”

Introducción:

Valientes o Miedosos, Segun El Caso[1]

El burgomaestre Guericke construyó un barómetro gigantesco con un tubo de treinta pies de altura, parte del cual sobresalía por encima de su casa en Magdeburgo. El índice del barómetro era la figura de un hombre que en tiempo bueno, aparecía sobre el techo; pero cuando se avecinaba una tormenta, se metía cuidadosamente en la casa en busca de seguridad y abrigo. ¡Tipo de tantos religiosos y políticos! Cuando el sol brilla y la brisa acaricia suavemente el paisaje, ¡cuán erguidos y valientes parecen! Pero apenas se juntan las nubes, y se deja oír el trueno, ¡cómo desaparecen sus cabezas!

El miedo es una perturbación angustiosa del ánimo debido a un peligro o un riesgo real o imaginario. Muchos somos afectados por esta reacción que tenemos todos al enfrentar dificultades o retos, que muchas veces ni existen siquiera.

El temor es un sentimiento que hace rechazar o evitar las personas, cosas o situaciones que se consideran peligrosas, arriesgadas o pueden resultar dañinas.

Ahora, quisiera definir varias palabras que nos podrían ayudar mucho a entender una característica que pudiera ser enmarcada en diferentes aspectos o actitudes.

  • Ímpetu: Energía o fuerza con las que una persona emprende una cosa.
  • Coraje: Actitud valiente, decidida y apasionada ante el enemigo o ante un peligro o dificultad.
  • Valentía: Acto realizado con valor ante una situación peligrosa o difícil.
  • Fortaleza: Fuerza o capacidad de resistencia física. Capacidad para sobrellevar situaciones o hechos adversos.
  • Firmeza: Estado de lo que no vacila o se dobla por falta de apoyo, de dureza o de consistencia. Actitud de la persona que se mantiene en sus creencias, sentimientos y propósitos.
  1. Porque sin la valentía nos paralizamos.
  1. Se necesita de la valentía para poder seguir a Dios.
  • Se necesita de la valentía para enfrentar las dificultades.
  • Se necesita de la valentía para poder alentar a otros.
  • ¿Qué necesitamos para ser valientes?
  1. Hay que reconocer que hay un impedimento que nos detiene: El temor.
  • Hay que recordar que no todo tiene que ser fácil: Hay obstáculos.
  • Hay que tener en mente que hay una sola forma de conseguir las bendiciones: Caminado en pos.
  • Hay que poner los ojos en Aquel que nos llama a seguirle: Nuestro Dios.
  • Las herramientas de Dios para ser valientes.
  1. La obra de Su presencia.

En el pasaje de 2 Timoteo 1:7 vemos la palabra dunamis (δύναμις, G1411), que es la que se traduce como “poder”. Esta palabra dunamis en el griego puede ser definida como la capacidad de llevar a cabo cualquier cosa.

Firmeza para no doblegarse.

Fortaleza para seguir con fuerza en medio de la dificultad.

Valor o valentía para no huir o detenerse ante el temor.

  • Su Palabra. Dt. 31:1-8; Is. 41:10; 43:1-7
  • La oración. Hch. 4:23-31

«La fortaleza espiritual para los creyentes es esencialmente una actitud de valor, e incluye virtudes tales como el valor de la convicción, el valor de ser inflexible, el valor de confrontar el error y la falsa doctrina, el valor de confrontar la intimidación y la persecución y aún así permanecer comprometidos con lo que es correcto.»[2]


[1] Lerı́n, A. (2000). 500 ilustraciones (p. 165). Casa Bautista de Publicaciones.

[2] MacArthur, John. (2005). Los pilares del carácter cristiano (p. 135). Editorial Portavoz

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