Edificando Nuestro Carácter

¿Por qué necesitamos del crecimiento?


2 Pedro 3:11-18

2 Pedro 3:11-18
11 Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, 12 esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! 13 Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. 14 Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz. 15 Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, 16 casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición. 17 Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. 18 Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.”

Introducción:

  • La maceta con las plantas que me regalaron. No todas las plantas han crecido igual.

Proposición:

Desde el día que recibimos a Cristo como Salvador hasta el día que vayamos a Su presencia, todos debemos mantenernos creciendo en madurez de carácter cristiano y llevando fruto para Su gloria.

  1. Existe un proceso de crecimiento.
  1. Que inicia con el nuevo nacimiento.
  • Que continúa durante toda la vida. Fil. 3:13-15
  • Que termina cuando lleguemos al cielo. 1 Jn. 3:2
  • Existe una necesidad de crecimiento.
  1. Todos debemos madurar a la imagen de Cristo. 1 P. 3:18
  • Dios espera que todos maduremos como Cristo. 1 Ts. 4:3; 1 P. 4:13
  • Tenemos todo lo necesario para madurar como Cristo. Ef. 1:3
  • Existen instrumentos para el crecimiento.
  1. Nuestro tiempo diario con Dios.
  • Nuestra obediencia a Dios.
  • Las pruebas y tentaciones. Ro. 5:3-4; Stg. 1:2-4
  • El conocimiento creciente de la Biblia. 1. P. 2:2; 2 P. 3:18; 1 Ti. 4:13
  • El servicio en la iglesia y uso de los dones. Ef. 4:11-16
  • La obra misma de Dios en nosotros. Fil. 1:6
  • Existen obstáculos para el crecimiento.
  1. Los pecados y la carne.
  • El mundo y Satanás.
  • La falta de servicio en la iglesia.
  • La falta de intención.
  • La falta de persistencia.

Recuerdo a un hombre que vino de una distancia considerable para adorar con nosotros en la casa de Dios, como algunos de ustedes. A menudo me doy cuenta, cuando vienen a unirse a la iglesia, si tienen que caminar cinco millas aquí y cinco millas de regreso, y les digo: “Es un camino muy largo”. Ustedes exclaman: “¡Oh, no es nada! Me hace bien, y me gusta caminar los domingos”. Después de haber estado aquí unos años, si se siente tibio o frío de espíritu, esas mismas millas crecen terriblemente, ¿no es cierto? Y usted va a algún lugar más cerca de casa.

Hay una gran diferencia entre una milla y otra, tanta diferencia como hay entre un corazón y otro. Y cuando el corazón se altera, la longitud de las millas aumenta directamente. Bueno, este hombre, de quien les estaba hablando, un día iba a su lugar de culto, y se sintió muy cansado, y sus piernas dijeron: “No vayas esta mañana”. Entonces se detuvo y dijo: “Ah, viejos bribones, solían ir más allá que eso al teatro, y yo los haré ir al Tabernáculo”. Entonces, siguió caminando.32[1]

  • La falta de comunión con Dios.
  • La falta de devoción a Dios.
  • Existe una meta de crecimiento.
  1. Ser fructíferos. Jn. 15:1-5; 1 P. 3:5-8
  • Reflejar a Cristo. 1 Jn. 3:2
  • Glorificar a Dios. Mt. 5:16

32 C. H. Spurgeon, “Luminous Words” en The Metropolitan Tabernacle Pulpit Sermons, vol. 43 (London: Passmore & Alabaster, 1897), 621.

[1] Spurgeon, C. H. (2020). 300 ilustraciones de sermones de Spurgeon (E. Ritzema, Ed.). Editorial Tesoro Bíblico.



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