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El Nombre YHWH – Yaweh


Éxodo 6:1-8
“Jehová respondió a Moisés: Ahora verás lo que yo haré a Faraón; porque con mano fuerte los dejará ir, y con mano fuerte los echará de su tierra. Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy JEHOVÁ. Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos. También establecí mi pacto con ellos, de darles la tierra de Canaán, la tierra en que fueron forasteros, y en la cual habitaron. Asimismo yo he oído el gemido de los hijos de Israel, a quienes hacen servir los egipcios, y me he acordado de mi pacto. Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy JEHOVÁ; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes; y os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios; y vosotros sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios, que os sacó de debajo de las tareas pesadas de Egipto. Y os meteré en la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Abraham, a Isaac y a Jacob; y yo os la daré por heredad. Yo JEHOVÁ.”

La palabra Jehová vienen del hebreo yehwah (יְהוָה, 3068), «Señor». El Tetragrámaton YHWH aparece sin vocales y por eso se debate su pronunciación exacta (Jehová, Yehovah, Jahweh, Yaweh, en castellano Yahveh). El texto hebraico introduce las vocales de ˒adonay, y los estudiosos judíos lo pronuncian ˒Adonay cada vez que encuentran el tetragrámaton. Este uso de la palabra se encuentra 6,828 veces, en todos los períodos del hebreo bíblico.

El nombre divino se encuentra únicamente en la Biblia y se debate su significado exacto. Dios lo escogió como su nombre personal a través del cual se relacionaba específicamente con su pueblo escogido (del pacto). Se encuentra por primera vez en Gn 2.4: «Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra, cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos». Tal parece que Adán conocía a Dios por su nombre personal (o del pacto) desde el principio, puesto que Set puso a su hijo el nombre de Enós (es a saber, un ser débil y dependiente) y empezó (junto con otras personas piadosas) a «invocar el nombre de Jehová [YHWH]» (Gn 4.26). Con el pacto el nombre adquirió una expresión y aplicación más completa cuando Dios se reveló a Abraham (Gn 12.8), prometiéndole redención, es decir, identidad como nación. Esta promesa se hizo realidad a través de Moisés, a quien Dios explicó que Él no era únicamente «el Dios que existe», sino también «el Dios que cumple su voluntad»: «Así dirás a los hijos de Israel: El Señor [YHWH], el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre, y con él se hará memoria de mí de generación en generación. Ve y reúne a los ancianos de Israel, y diles: El Señor [YHWH], el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, se me ha aparecido, diciendo: Ciertamente os he visitado y he visto lo que se os ha hecho en Egipto.[1]

El nombre aparentemente proviene de la raíz hawa que significa existencia (como del tronco de un árbol donde cae, Eclesiastés 11:3) o desarrollo (como en Nehemías 6:6). Quizás las dos ideas se pueden combinar en el significado del nombre de Dios, diciendo que lo denota a Él como el activo y que tiene existencia propia.[2]

Según Ryrie, el significado de este Nombre parece que se incluyen varias facetas en la significación:

1. Enfatiza la autoexistencia inmutable de Dios. Esto se puede respaldar por la etimología de la palabra y el uso que hizo el Señor del versículo 14 en Juan 8:58 para establecer el alegato de Su existencia eterna absoluta.

2. Asegura la presencia de Dios con Su pueblo. Véase Exodo 3:12.

3. Se relaciona con el poder de Dios a favor de Su pueblo y de su fidelidad al pacto que hizo con ellos, lo cual fue ilustrado y confirmado por Su obra al liberarlos de Egipto (6:6).[3]


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