Enseñanzas camino a la cruz

Defiende mi causa y redímeme



Salmos 119:153-160

153 Mira mi aflicción, y líbrame,
Porque de tu ley no me he olvidado.
154 Defiende mi causa, y redímeme;
Vivifícame con tu palabra.
155 Lejos está de los impíos la salvación,
Porque no buscan tus estatutos.
156 Muchas son tus misericordias, oh Jehová;
Vivifícame conforme a tus juicios.
157 Muchos son mis perseguidores y mis enemigos,
Mas de tus testimonios no me he apartado.
158 Veía a los prevaricadores, y me disgustaba,
Porque no guardaban tus palabras.
159 Mira, oh Jehová, que amo tus mandamientos;
Vivifícame conforme a tu misericordia.
160 La suma de tu palabra es verdad,
Y eterno es todo juicio de tu justicia.”

En la Segunda Guerra Mundial, Alemania construyó 8 torres antiaéreas que estaban ubicadas en tres ciudades. El propósito de estos edificios gigantes era el de proteger a las ciudades de los bombardeos aliados.

Cada torre tenía muros de cemento de hasta 3 metros de espesor, y las torres que estaban ubicadas en Berlín podían albergar hasta 10 mil personas, y en su parte superior podían disparar hasta 8 mil descargas por minutos con armas de diferente calibre. Estas torres fueron edificios que sirvió de escudo y protección para las ciudades y sus poblaciones militares y civiles.

El pasaje de hoy nos dice que Dios es quien es nuestro escudo y protección. Por eso el salmista dice que pedía que lo defienda de su causa. Lo que el salmista estaba pidiendo era que lo defienda de los ataques de aquellos que juzgaban perversamente porque él le era fiel a Dios y le seguía en todo momento. Esta fidelidad era la que estaba atacada por los impíos. (v. 154)

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