Salmos 119:137-144
“137 Justo eres tú, oh Jehová,
Y rectos tus juicios.
138 Tus testimonios, que has recomendado,
Son rectos y muy fieles.
139 Mi celo me ha consumido,
Porque mis enemigos se olvidaron de tus palabras.
140 Sumamente pura es tu palabra,
Y la ama tu siervo.
141 Pequeño soy yo, y desechado,
Mas no me he olvidado de tus mandamientos.
142 Tu justicia es justicia eterna,
Y tu ley la verdad.
143 Aflicción y angustia se han apoderado de mí,
Mas tus mandamientos fueron mi delicia.
144 Justicia eterna son tus testimonios;
Dame entendimiento, y viviré.”
¿Cuántas veces se ha hallado usted cuestionando a Dios, considerándolo injusto?
Muchas veces he escuchado de las personas hablar que Dios no es justo para obrar, sobre todo aquellos que han sufrido algún mal, emiten “juicio” en contra del accionar de Dios. Pero ¿cuántas veces han estado posiblemente ellos equivocados?
Lo primero que nos dice la Biblia es que Dios es Justo, y en función a Su justicia, todo lo que hace o dice es justo también.
«Creer a la Palabra de Dios no es un acto meritorio. Simplemente es juicio cabal» nos dice MacDonald en su comentario. Lo que quiere decir es que otorgarle un reconocimiento ligero por méritos no es el resultado de una inclinación afectiva nuestra, sino que debe ser un derecho que debe recibir la Palabra de Dios después de un exhaustivo estudio justo.
Se menciona tres características que se desprenden del reconocimiento correcto de la justicia de la Palabra de Dios: Confiable, Pura, y Verdad.
Uno puede confiar en la Palabra de Dios, porque al ser un juicio justo el que emite su sentencia, entonces debemos comprender que nada de Ella haría algo inapropiado o incorrecto. Cuando existe un trato justo o se emite un juicio recto, todo lo que se recibe es digno de ser aceptado como correcto, por eso la confianza.
La Palabra de Dios es pura, eso quiere decir que no existe nada maligno, nada que esté afectado de mal o pecado, ni siquiera una sombra. Y aunque habla de pecado, maldad, satanás y sus demonios, nada de lo que Ella dice está afectado por los juicios que emite sobre esos temas. Como cuando una persona hubiera sido afectada por algún comportamiento inapropiado de alguien, cuando habla de esa persona, si todavía tiene algún sentimiento negativo o inapropiado, lo que diga podría ser afectado por ese sentimiento. Pero en la Palabra de Dios no, eso no cambia el juicio que Ella emite.
También la Palabra de Dios es verdad, por lo tanto, no hay engaño en Ella. No es suficiente afirmar que la Biblia contiene verdad; la Biblia es verdad. Todo dicho de Dios es verdad. Eso nos dice que todo lo que esta en Ella, sin error alguno, habla plenamente de la verdad.